Prácticamente no hay lugar en donde no se pueda contar con un espejo. En la habitación, en el baño, en el clóset, en la sala, en el recibidor; o en el vestier de un local comercial, en el pasillo, en el gimnasio, en las peluquerías, etc. etc.
En cualquier lugar queda bien; claro, mientras cuente con el tamaño adecuado para que armonice.